Si
este verano vas a coincidir con fuegos artificiales te ofrecemos
algunos consejos sobre cómo realizar buenas tomas de los mismos.
Emplazamiento
y encuadre
Es
obvio que como en cualquier tipo de fotografía el punto de vista, es
fundamental. En este caso, si eres capaz de conseguir un punto de
vista elevado desde un balcón, una azotea, un mirador, etc. podrás
obtener los mejores resultados. Los fuegos artificiales se ven mejor
teniendo una cierta distancia sobre ellos, en cualquier caso, con la
longitud focal podrás acercarte un poco más si tu distancia a ellos
no es exagerada.
A
la hora de encuadrar ten en cuenta que las grandes palmeras, las más
espectaculares, ascienden mucho y en su explosión ocupan
bastante espacio, es posible que necesites una focal más corta de lo
que en principio podrías esperar así que estate preparado para
cambiar objetivo o alejar el zoom si ves que las primeras palmeras no
entran en tu encuadre.
Pese
a su belleza y espectacularidad, la fotografía de fuegos
artificiales no implica grandes requisitos técnicos. El más
importante, disponer de un trípode y es también muy aconsejable
tener un cable disparador.
La
exposición debe realizarse en la posición B, esto nos permite tener
el obturador abierto desde que pulsamos el botón disparador hasta
que lo volvemos a pulsar para cerrar las cortinillas. Yo no creo que
usar el temporizador, como recomienda alguna guía sea realmente una
opción porque los fuegos no son previsibles. Es muy importante
disparar en el momento preciso de otra manera llegaremos “tarde”
a muchas de las palmeras.
Los
fuegos, recortados contra el cielo nocturno, tienen una gran
intensidad luminosa. Eso nos permite ajustar la sensibilidad de la
cámara a 100 ISO y utilizar un diafragma medio f4 o f5.6 por
ejemplo. Por supuesto, podemos subir la sensibilidad y cerrar más el
diafragma dependiendo de la respuesta de nuestra cámara al ruido. En
cualquier caso tenemos que tener cuidado de que la exposición no
queme las zonas del suelo iluminadas por farolas si éstas quedan
dentro de nuestro encuadre.
El
control del tiempo de exposición es totalmente “visual”.
Disparad cuando el cohete empieza a ascender, tened abierto el
obturador mientras la palmera se despliega. Después de esto podéis
cerrar el obturador o, si lo preferís, dejarlo abierto mientras
asciende y explota el siguiente artificio.
En
mi opinión, lo mejor es captar las palmeras una a una. Las
fotografías más espectaculares con varios cohetes haciendo
explosión al mismo tiempo suelen ser montajes de varias fotografías
independientes. Tened en cuenta que el comportamiento de los cohetes
no es lineal. Mientras ascienden y justo cuando explotan, los
artefactos llevan una gran velocidad y dibujan líneas brillantes con
trazos muy precisos y estrechos. Después de este momento “estelar”,
cuando empiezan a morir, se van desdibujando y los trazos se
desparraman, y pierden atractivo.
Una
buena noticia, cualquier espectáculo de fuegos artificiales incluye
docenas y docenas de cohetes, por lo que tenéis muchas oportunidades
de ajustar todos los parámetros mediante el sistema de prueba y
error.
Enfoque
Resulta
bastante obvio pero no debemos olvidar que el enfoque se debe ajustar
manualmente. Busquemos el punto de enfoque manualmente antes de
empezar, ajustemos el objetivo y desconectemos el enfoque automático
para poder hacer todas las exposiciones con ese ajuste.
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